Nacido de una esclava humana e hijo de un guardia drow sin apenas rango, Ilztkah fue tratado como esclavo debido a su impureza y naturaleza, algunos lo llamarán suerte por no haber acabado como comida.
Se pasó su infancia haciendo los trabajos más duros desde bien pequeño, con una madre que lo repudiaba y nadie que le hiciera caso, creció sin ninguna afección hacia nada ni nadie. Cuando creció y apenas tenía 12 fue vendido en una subasta a una drow que tenía predilección por los esclavos semidrows, pero no en el buen sentido…
Ahí empezó un auténtico infierno, los golpes que había sufrido hasta entonces parecían una bendición con lo que estaría por llegar…
Una drow que su máxima diversión era acabar por romper a todos sus esclavos a base de torturas.
Iltzkah, estaba apunto de romperse… cuando en su celda un nuevo incauto apareció, el semidrow solo podría llegar a describirlo como un rebelde que le habló del poder de Mizzrala y por algún motivo le pareció como un rayo de esperanza, aunque no duró mucho su conversación, está impactó en Iltzkah de una manera sobrecogedora. El drow fue llevado a arrastras y nunca más se supo de él, pero en el proceso se le cayó un especie de colgante con el símbolo de una latigo partido por la mitad.
Se guardó el colgante como un tesoro, algo que aferrarse en esta vida y lo ocultó y siguió su papel, pero esta vez fingiendo como se rompía. Sin saber que llegaría a ser de él, seguía con esa vaga esperanza… hasta que un dia… cuando era llevado ante la drow, unos ruidos extraños alertaron a los guardias, en cuanto se dió cuenta los guardias cerca de él se cayeron al suelo, sin saber si estaban muertos o inconscientes , Iltzkah simplemente corrió como no lo había hecho en su vida.
Sin saber muy bien qué ocurría, toda la atención se centraba en la puerta principal de la casa, lo que aprovechó para escabullirse por donde no le vieran, en su huida escuchó un lamento, aunque dudó finalmente decidió averiguar de dónde procedía. Al abrir la habitación de donde procedían los leves sonidos, encontró una estancia macabra con un drow casi irreconocible, finalmente decidió ayudarlo y sacarlo de ahí con él para escabullirse y salir de ese infierno hasta meterse en algún pasillo de la infraoscuridad…
Cuando ya se encontraron refugiados por la oscuridad de los túneles, se pusieron a descansar cuando se vieron rodeados sin apenas aviso, con sus armas desenfundadas. No tenían nada que hacer, cuando el drow herido levantó la mano, los drows enfundaron las armas y fueron a socorrer al herido. Custodiados fueron a parar a una especie de refugio en la infraoscuridad.
Después de unos días, una cara conocida le fue a ver, el drow que le dió esperanzas en la celda, el seguidor de Mizzrala. Le explicó que eran un grupo que se dedicaba a liberar esclavos, a luchar contra las barbaridades de Sha’zzet. Debido a que fue Ilztkah el que salvó al drow le dejaron escoger como recompensa. Pero solo tenía una cosa en mente que quería, seguir la guía de Mizzrala, aunque al principio fue algo reticente pensaron que podía tener potencial, así que al final aceptaron a enseñarle a seguir el dogma de Mizzrala.
Pasaron algunos meses bajo el cobijo de Mizzrala, cuando un día empezó a haber ruidos extraños cerca del refugio. No fue ni una batalla justa, fue una masacre de parte de la casa drow de la que escaparon, los habían encontrado y no tuvieron oportunidad, Ilztkah intentó ayudar pero fue derribado en apenas unos segundos, cuando recobró la consciencia todo estaba ardiendo, rodeado de un buen grupo de cadáveres, veía como ya no quedaba nadie vivo a su alrededor y ya se habían ido los drows que atacaron. Sin saber aún cómo estaba vivo se comenzó a arrastrar hasta la infraoscuridad.
Sin saber donde ir, débil y sin provisiones apenas, comenzó a vagar por esas salvajes cuevas que conforman la infraoscuridad, con un posible peligro ante cada esquina, no se imaginaba cómo podría salir vivó de ahí… pero cualquier final sería mejor que haberse quedado allí…
Ni él mismo sabe cómo seguía vivo ni cuanto tiempo vagó por esos túneles, apenas se alimentaba y cada vez estaba más delgado… Quizá las criaturas no le veían ni como un peligro ni comida… o algo o alguien estaba velando en su camino…
Al girar una esquina se quedó ciego de repente al ver una luz al fondo… Al acercarse y ver que había conseguido llegar al exterior simplemente se dejó caer por un ladera del volcán acabando debajo de una pared en ruinas de una de las casas de Moris.
Cuando por fin comenzó a abrir los ojos llegaba a la otra orilla del lago, un grupo de hombres curtidos empezaban a desembarcar, unos hombres cuya familia habían perdido en Moris. Iltzkah jamás había visto un acto de bondad, pues lo estaba viviendo en ese momento por lo que se puso a defensiva pensando lo peor de ellos, pero su debilidad era evidente cuando uno de ellos le ofreció agua y comida.
Aquí es donde empieza la libertad de un semidrow creyente de Mizzrala.