Nombre:
SiriandurSexo:
MasculinoEdad:
23Descripción física: "No es muy difícil describir a Siriandur. Lo que a primera vista parece un humano bajo y de complexión atlética, cuando te acercas y tienes una mejor vista puedes notar, si es que no lleva su cabello y parte del rostro envuelto, unas puntiagudas orejas. Suele ir con el torso descubierto y su, ya pareciera, encarnado guante de metal dorado en su mano izquierda. De su cuello cuelga un collar que vaya a saber qué significarán esos dientes."
Descripción psicológica: "Siriandur es... Simple. E infantil. Si no eres tu quien se acerca al verle ten por seguro que será él quien esté cual robot con una sonrisa de punta a punta acercándose moviendo una mano de punta a punta y gritando "¡Saludos!". La ingenuidad predomina en la mente de Siriandur, no pudiendo diferenciar algo bueno de malo, no teniendo una mente disciplinada para poder reconocer cuando se le engaña de cuando se le dice la verdad, pues él sólo espera la segunda."
Historia
Lo poco que se sabe de Siriandur es lo que siempre cuenta: no conoció a sus padres y fue criado por su abuelo y a la vez maestro: Cu'Ling. Según la historia que el anciano le narró, sus padres murieron en las Islas del Este, asesinados por el fantasma de la segunda era Sengoku.
Criado en el monasterio desde que Cu'Ling lo llevó, Siriandur se acostumbró rápidamente a un estilo de vida que pocos podrían aceptar. Su abuelo, adicto a los juegos de ingenio y acertijos, famoso por sus vales de comida no hizo más que ponerlo a prueba una y otra vez, exigiéndole no sólo el entrenar mentalmente sino que sus otros maestros le pidieron toda su vida el triple de lo que debía de dar.
Ésto logró que Siriandur con el tiempo se encerrase más en su propia esfera, no permitiéndose relacionar con nadie, limitándose a aprender constantemente nuevas artes, ya fuera la culinaria, marciales o artísticas. Al final, cuando pasaron veintidos ciclos y sus maestros se dieron cuenta de que el camino de Siriandur ya no tenía más futuro dentro del monasterio, con la excusa de su ineptitud social (generada claramente por ellos) lo soltaron fuera.
Desde ese entonces, Siriandur, monje de la Antigua Orden, aprendiz del maestro regente Cu'Ling del Monasterio de la Palabra, se encuentra vagando por las ciudades y relacionándose con todos los aventureros, pues si bien su deseo es llegar a la perfección, no hay nada que disfrute más que pasar por una vez en su vida acompañado de alguien.