Con las sombras como amigas, me adentre entre el follaje estrecho hacia mi destino, tras un largo camino encontré el lugar tan concurrido.
Una villa por así llamarlo construida por los héroes de las naciones más destacadas, siempre ríen a carcajadas, dan a sus cigarrillos caladas, comen sin gasto alguno y además reciben con agrado a cualquier ser por muy mal vestido o descuidado.
En mi primer encuentro con los habitantes, pensé que ojalá hubiera llegado antes.
Una gran guerra se aproxima, pero eso estimado diario es para la siguiente rima.
Los habitantes se reunieron en un bastión enorme y amurallado, todo soldado iba hasta los dientes armado y con una sola mirada parecía que pudieran lanzarte a lo más profundo de un acantilado.
Al parecer todos los lugareños de la villa tenían cargos importantes, habrán solucionado siempre miles de pleitos o tal vez sus padres eran ya descendientes con poderes contundentes.
La reunión hablaba sobre espionaje, yo tan sencillo, en el reino de la humanidad me sentía descolocado. Pero llegué a comprender que desde el más lejano este hay enemigos. Y que prenden atacar todo puerto o lugar dónde la paz se esta apunto de quebrantar.