[Lisange Galäthiel] La Portadora de Äela

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"La portadora de Aëla es un antiguo carcaj bendecido por Äela para sus hijos. Lo portó un familiar de Elebrith Dy'malestharth. Un carcaj que aportaba al arquero arcano tantas flechas como quisieras meter."

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Eso fue lo que me dijeron en su día y que decidí no coger. Pero ha pasado el tiempo y me lo he replanteado. Con todo lo que está sucediendo, Vekkoria, las batallas y que casi pierdo mi arco, quiero reforzarme en lo que mejor sé hacer.

Aproveché una de las visitas a Elebrith y Gixaszk para pedir permiso, ya que este último era el custodio de la pirámide en Kodvo donde vi dicho artefacto. Después de obtenerlo sin mucha insistencia -favor con favor se pagará-, fui acompañada hasta Kodvo.

Entre la tranquilidad de la selva y su inexplicable silencio, escuchamos hacia el sur los siseos de los naturales de Tsa Taoul -la ciudad reptiliana, albergada en el volcán- que luchaban contra otros de su misma raza, aunque con una salvedad: eran esqueletos. Muertos vivientes. Hombres-lagarto alzados con pura nigromancia.

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Tras abrirnos paso hasta la pirámide, donde ya me esperaban a mí y a los míos, descubrimos a Qrok, el antiguo a cargo de la seguridad de la pirámide de Kodvo, donde habíamos entrado antes y vimos todos aquellos artefactos.

La habían saqueado al completo. Entraron desde brechas por descripción de Qrok, alzando a los suyos que ya habían muerto antaño y usándolos en su propia contra. La seguridad de la pirámide se vio comprometida al instante y el Santuario de Bor que estaban organizando con los objetos históricos en aquella habitación se vio destruido en un abrir y cerrar de ojos.

Los artefactos robados, precisamente, fueron el Yelmo de las Mil Caras, la Hoja Ejecutora de Vrann, la Portadora de Äela y una Rama de la vida de Misha.

Objetos robados:

Tras hacerle unas preguntas a Qrok, llegamos a saber la pirámide no había vivido nada sospechoso y sólo fue visitada por Elebrith -para avisar de que iríamos- y alguien más a quien ya conocíamos: Isabella.

Isabella es una historiadora que busca terminar la investigación de su abuelo, el cual cayó en una horrible maldición al volver de su última expedición a Anorand, más específicamente en el Castillo de Kaline, lugar donde conocimos a Isabella por primera vez. Sin embargo, la perdimos de vista cuando llegamos a la tumba donde residía el cadáver de la nigromante más famosa de todo el archipiélago níveo.

Sin embargo, a Isabella se le negó el acceso a la pirámide por no tener permiso del Consejo de Sabios. Sólo nosotros tenemos acceso permitido a ella junto a algunos héroes que existieron hace años y, que de hecho, sus armas reposan en los salones inferiores de aquella pirámide. Qrok nos dio los nombres: Richo, un bárbaro de Kard. Danielle y Gabriel Volgensang, padre e hija. Daeron Notálarí, fundador de los Sanctus Vindices y portador de La Morden Vanke.

Sin duda, el primer paso era visitar a Isabella.

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Finalmente, después de visitar a Isabella teníamos por dónde empezar.

Siguiendo mi instinto, nos dirigimos a la Necrópolis por primera vez tras hablar con el abuelo de Isabella -que, por cierto, estuvo maldito tras la última visita a Kaline por una investigación- en busca de "algo oculto entre la fría niebla del túnel a la puerta de Énkigal". Encontramos una mano conservada por el frío entre la niebla, en el suelo y envuelta en algunas telas en posición de haber estado sujetando un palo.

Después de investigaciones junto a Gixaszk, el grupo de boritas de Kievthar y volviendo a la casa de Isabella para preguntarle a Roger, descubrimos lo siguiente:

Roger pertenecía a un grupo de boritas que investigaba distintos artefactos para cuidarlos o destruirlos de ser demasiado peligrosos. Se dedicaban a ir a distintos sitios para ello y, uno de los últimos al que Roger fue sin la compañía de su grupo fue Kaline. Se adentró hasta los túneles de la Necrópolis con otro borita y dos faositas. Dos murieron, pero el faosita -dueño de la mano cortada que encontramos- se creía que seguiría por allí.

La reliquia que buscaban pertenecía a Énkigal: El Cráneo de Obsidiana, que serviría para manejar a todo muerto viviente. Una reliquia que le costó una maldición que lo convertiría en ceniza a pasos agigantados.

Por otro lado, Gixaszk nos proporcionó tres sospechosos de Tsa Taoul: Ursax, antigua integrante de Tsa Taoul expulsada por el uso de la nigromancia, Zutziusk, responsable de la vigilancia de la pirámide de Kodvo, y Arsaria, quien fue expulsada de la sociedad de los hombres-lagarto tras métodos incongruentes con el código de los suyos.

Por razones obvias, nuestro primer citado era Zutziusk. Cuál fue la sorpresa que al acudir a la cita, Gixaszk estaba a punto de ejecutarlo por alta traición a Tsa Taoul: según el testimonio del lagarto, Ursax y un elfo con insignias de Énkigal le amenazaron con la no-muerte si no les daba la información de la seguridad de la pirámide. Así, ella podría entrar y retirar todos los artefactos. El elfo se quedaría con La Portadora de Äela. Además de esto, Ursax iría a la Necrópolis para cierto ritual que Zutziusk no terminó de escuchar.

Finalmente, Gixaszk fue convencido para que dejase vivir a Zutziusk, a cambio, nos volvería a compañar a la Necrópolis. ¿Por qué volver?

Porque después de ver el diario de Roger y hablar con los boritas, nos dieron la sencilla idea de añadir puntos cardinales a los dibujos, quedándonos un mapa que nos daba la ubicación del faosita, representado con una guadaña. Además, estaba el ritual de Ursax.

Llegando a esta, nos topamos con alta actividad enkigalita. Guardianes, dracoliches... Sí, en plural: dracoliches. El cadáver del dragón que nos habíamos encontrado el día anterior ahora estaba alzado. Ursax había iniciado el ritual y, por el camino entre los túneles, encontramos un diario. Aún tengo pendiente leerlo.

Ursax finalizó el ritual. Cuando llegamos ya era demasiado tarde. Había levantado a otro dracoliche y este salió al exterior. Nos vimos obligados a enfrentarnos con hordas de lagartos alzados hasta que pudimos irnos, siendo Zutziusk y los suyos quienes contendrían al segundo dracoliche que apareció para darnos caza.

Según Ursax, nuestro siguiente objetivo es la Isla de los Misterios, donde se halla el elfo llamado Intevar Keldove.

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Encontramos al faosita. El diario, sin duda, nos habría ahorrado muchas cosas. Sin embargo, es bueno saber lo que realmente pasó.

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