El jinete del viento

Mensajes : 13 Fecha de inscripción : 03/08/2016

Nombre: Samael
Edad: 18
Ocupación: Aventurero
Deidad: El viajero

Descripción física: Un joven de unos veinte años con una larga melena con varías trenzas, casi cano por completo aunque permanece aun rastro de un color negro carbón. De cuerpo atlético y una estatura superior al metro ochenta, mirada profunda y ojos castaños.

Descripción psicológica: Soñador, muchas veces se va a las nubes. No suele estar malhumorado, cree haber nacido para grandes cosas y muchas veces se pone retos que le sobrepasan y luego lo acaba pagando pero, cabezota como él solo nunca se rinde.

Introducción:

Viajando más allá del Gran bosque de Ahystor, al sur se encuentra el gran mar verde, así es conocida una basta pradera que debido a su extensión inmensa de kilómetros de bastos pastos verdes.

El gran bosque de Ahystor al ser tan frondoso y un tanto hostil dificulta el viaje más allá de este por lo que el gran mar verde se encuentra algo aislado.

En esta pradera habitan grandes manadas de caballos y algunos poblados asentados, estos poblados aprovechan la fértil tierra para cultivar y ejercer la ganadería. Estas gentes se caracteriza por sus enseñanzas en la equitación, donde se dice que los más jóvenes son instruidos en este arte en cuanto son capaces de mantenerse en pie, pocos jóvenes se atreven a salir de su confortable aldea y adentrarse más allá del gran bosque, por lo que pocos vestigios hay de este pueblo más allá, eso sí los que se atreven a ir a visitarles disfrutarán de su hospitalidad siempre que sus intenciones sean buenas.

Se dice que una vez alcanzada la edad de madurez tanto hombres como mujeres deben pasar una prueba la cual trata de escoger la montura entre las manadas. Dominar una de estas bestias puede ser difícil debido a la bravura de las manadas, no es una prueba obligatoria pero si que da prestigio a aquel que lo consigue ya que se trata de una gran proeza.

Historia:

Samael se encuentraba tirado en el suelo observando el cielo mientras cree adivinar la forma de las nubes, de fondo su padre le llamaba ya que necesitaba ayuda con el ganado. Tras un suspiro, resignado fue en su ayuda.

Mientras ayudaba a su padre a marcar una res conversaban sobre el ritual iniciado por parte de Samael, el cual había accedido a la prueba de madurez y a escoger una montura pero esto había comenzado hacía cuatro meses. Él no solo dijo que volvería con una majestuosa criatura sino que además volvería como el denominado jinete del viento.

El jinete del viento es una conocida leyenda propia de los habitantes de la pradera que relataba las aventuras de un hombre que capturó al más fuerte y bravo de los caballos en la pradera y que juntos eran tan rápidos que podían rivalizar al propio viento. Hoy en día se dice que este jinete se aparece algunos atardeceres cabalgando por la pradera.

Obviamente todos se rieron y tacharon de loco al pobre muchacho por creer en esa leyenda, el chico dedicó esos cuatro meses a buscar dicha montura por las praderas pero sin suerte, quizá por ser una tarea imposible encontrar dicho animal, tal vez porque el tiempo exageró un cuento hasta transformarlo en leyenda pero difícilmente iba a disuadir este obstáculo a tan cabezota muchacho.

Su padre le decía que se dejara de tonterías, que si quería pasar la prueba fuera a por cualquier caballo, que bastante difícil era la prueba como para que se la complicara más aún. Pero sin embargo Samael lo tenía claro y llegó a la conclusión de que si quería llegar a su objetivo debía buscar más allá de la pradera por lo que a pesar de no contentar a su padre debía seguir a su corazón.

Varios días después confesó a sus padres su decisión y quizá con la esperanza de que madurase le dieron su bendición y partió. En su poblado lo tachaban de loco pero él hizo oídos sordos y comenzó su andadura con el fin de encontrar su ansiado objetivo, con el fin de ser la leyenda viva del jinete del viento.

Curiosa historia, aunque, yo le daria Entre Caotico Neutral o Caotico Bueno. Conseguir un asiado objetivo, pero "siguiendo a su corazon", sin contentar a su padre. Tacharia el neutral autentico, aunque es una opinion "propia" desde fuera, te veré dentro a ver que tal lo roleas, y cambia.

En reglas generales, a mi modo de ver, esta bien, sigue asi.

Mensajes : 13 Fecha de inscripción : 03/08/2016

Samael llega con su armadura ensangrentada a la primera posada pasados los lindes del bosque de Ahystor, esta se encuentra vacía por las hora que es y el posadero en un primer momento con recelo no le permite entrar pero este le lanza una tentadora bolsa con monedas y este se lo piensa dos veces.

El muchacho pide comida y bebida como si no se hubiera alimentado en días. El posadero lo observa y al no poder aguantar más con su curiosidad, mientras limpia una jarra, le pregunta el por qué de su estado. Él lo mira un instante y tras engullir un bocado más se dispone a contarlo.

-Samael: Vengo de más allá del bosque, he tardado veintidós días en cruzarlo y eso que poseo mapa y brújula.

-Posadero: Que huevos le has echado muchacho, pocos son los que salen de ahí vivos dicen que hay de todo ahí dentro.

-Samael: *Engulle otro pedazo de carne y bebe un trago largo de cerveza*
No hace falta que lo jures, lobos, osos, ciervos, mosquitos como caballos... *suspira*

-Posadero: Toda esa sangre imagino que no es tuya. ¿Algún animal encontró la muerte en tus manos?

-Samael: *Lo mira detenidamente y resopla*

No fueron exactamente animales, dentro había más cosas *Hace una pausa para comer y continua*

Es sangre humana. Ha sido hace unas seis horas, estaba deseando salir ya de ese maldito lugar y escuché unas voces, por algún motivo pensé que eran cazadores o leñadores de alguna aldea colindante los cuales quizá podrían ayudarme salir. Pobre de mí, los observé desde lo alto, había dos, en un pequeño campamento, discutiendo porque se les había escapado algo. Miré alrededor y había muchos animales desollados pero en las jaulas había criaturas vivas.

-Posadero: Algunos cazadores venden animales vivos, los ricos son raros. ¿Qué hay de malo?

-Samael: Nada, cada uno se gana la vida como quiere pero no eran animales normales. Tenían una pequeña jaula llena de estas criaturas diminutas con aspecto humanoide.

-Posadero: ¿Fatas?

-Samael: Fatas, hadas, pixies…Me da exactamente igual, también había lo que parecía un grifo. En fin poco importa eso, se estaban peleando a puñetazos asique pensé que no me ayudarían y decidí irme o eso quería. Uno por detrás me encontró y me llevó junto a sus compañeros.

-Posadero: ¿Y?, ¿qué pasó?

*Samael termina con el plato y le da un último trago a la cerveza*

-Samael: Pretendían robarme, al parecer habían perdido lo más importante de la caza, un unicornio o algo así *Negó un momento pensativo*. No les hubiera hecho nada pero claro me querían robar y me amenazaron, los muy inútiles pretendían pagar esa pérdida con mi dinero, ‘’nuestro jefe es peligroso y nos matará si no le pagamos la pérdida’’ *Imita una voz en tono sarcástico*

-Posadero: ¿No te quedó otra eh?

-Samael: No, pero aun peor fue descubrir que había un cuarto cazador y este consiguió huir. No creo que vaya a las autoridades, a pesar de las jaulas ese campamento tenía más pinta de leñadores que de otra cosa además que encontré cuerpos no muy lejos de allí.

-Posadero: Ese tipo de gente es peligrosa, los cazadores furtivos *Suspira y niega limpiando la barra*. Se oyen rumores sobre cazadores de criaturas mágicas pero lo peor es que la mayoría son criminales sin escrúpulos

-Samael : Por ello me alejaré del bosque, si me encuentran que sea de mala suerte *sonríe*

¿A cuánto están las ciudades próximas?

-Posadero: Ahystor está a tres días a pie, mientras que más allá hay una pequeña villa más alejada a cinco días a paso lento

-Samael: Perfecto *saca una bolsa* llénala de víveres por favor

-Posadero: ¿Y las criaturas?, ¿qué hiciste con ellas? *dice mientras va depositando comida y bebida en la bolsa*

-Samael: Las liberé, apilé todos los cuerpos y lo quemé todo aunque claro, tonto no soy *señala el saquito con el que lo convenció para que le dejara entrar*. Me han invitado a cenar.

Que le vaya bien el negocio mesonero y cuidado con los que vengan en adelante.

*El muchacho se levantó recogió sus cosas y salió por la puerta con paso firme, a ver que le deparan sus futuras aventuras*

» Gunnhild hija del viento