Rain Capaoscura

Desde Leryathen, pasando por la las diferentes ciudades del Imperio y alcanzando incluso el archipiélago de Anorand, los hermanos Capaoscura, han viajado siempre como comerciantes y mercenarios en pos de encontrar la mejor manera de ganarse el sustento y hacer contactos.

Everen y Rain nacieron en el seno de una familia de relativa prosperidad, pero poco prestigio. Su padre era un individuo brutal y desconsiderado, que provocaba muchos problemas en Leryathen. De su madre, que murió hace algunos años, apenas recuerda su expresión de permanente insatisfacción, ella era una arcana de poco poder, pero que deseaba ante todo un heredero que continuase su labor, Everen, demasiado torpe para aprender magia era relegado por sus padres a un segundo o tercer plano, sin embargo, Rain era su ojito derecho y el receptor de todas las esperanzas.

De niño, Everen, sufría la ira de su padre a menudo. El muchacho creció rehuyendo a su progenitor, de lo que este se percataba cada vez con mayor claridad. Su padre lo interpretaba como una falta de respeto y las palizas que le propinaba fueron en aumento hasta que tomó la decisión de repudiarlo y echarlo de casa.
En aquel tiempo, Everen solo tenía diecisiete años de edad, y su padre se había terminado por convertir en un borracho sin reputación ninguna.

No obstante entre los hermanos existía un fuerte vínculo fraterno que no se ha quebrado hasta el día de hoy, siempre juntos y defendiéndose el uno al otro, provocaban el enfado de sus progenitores que deseaban que Rain se centrase en sus estudios para convertirse en el futuro cabeza de familia y adquiriese los conocimientos mágicos de su madre, que le impartían durante largas jornadas diarias.

Por lo que cuando echaron a Everen de casa, Rain lo siguió sin dudar comenzando de esta manera sus aventuras por las tierras de Zanundor.
Gracias al físico de uno y al avispado intelecto del otro, no les fue difícil conseguir trabajos ocasionales mientras iban viajando y visitando nuevas regiones, a veces como guardaespaldas, cubriendo bajas en algunos de los convoys de mercaderes que tan habituales son, otras en cambio, realizando trabajos como mercenarios o llevando a cabo algunos encargos privados en alguna granja.

Unas pocas monedas para comer caliente y no dormir al raso era muchos días suficiente recompensa para los hermanos, sin embargo, nunca han pensado en volver a su casa pues la vida del aventurero encajaba mejor con ellos.

Con el tiempo y sus habilidades más pulidas, Everen logró destacar lo suficiente como para recibir una oferta para alistarse en las tropas del Imperio como soldado, dada su brillante pericia en combate, mientras que Rain prometió a Everen que él buscaría su propio camino para crecer como mago y reencontrarse con él siendo digno de volver a luchar a su lado.

Su viaje en busca de su propio destino le llevaría hasta Nueva Heystad, donde, sin saberlo, sus gentes y los sucesos que allí tendrían lugar cambiarían su vida para siempre…