Susan de Kharid
Una mujer de tez blanca como la nieve, tan encarnada como la sangre y cuyos cabellos tan negros como el ébano, observaba con ojos brillosos, tenía una mirada asiática, de ojos rasgados color carmesí. Su corazón latía intensamente, jamás había sentido devoción alguna, pero él, él era simplemente especial.
-Ven conmigo.Zafiro tenía una mirada especial, su mirada azul eléctrico penetraba en la de ella, no sólo eso, su tez morena y ese rostro perfilado tan perfecto y viril era suficiente para convencerla. Era un hombre que había visto potencial en ella como ninguno. Pero él tenía un único defecto: Era un
Guardia Negro.Susan suspiro volviendo a la realidad, aquello era un pasado muy lejano, de una elfa joven, una relación que había perdido de manera prematura, pero siempre soñaba, siempre tenía espacio y tiempo para pensar en ello. Ahora mismo era una elfa entrando a la vejez, 380 años viviendo en Kharid como esclava, tenía buenos recuerdos de ello.
Sin embargo, recordó como un remolino el momento en que su madre murió asesinada por su padre, el día en que escribió un contrato para venderse de esclava para salvar a su pequeño hermano; como su amo el semi-dragón negro en un ataque de celos injustificado le atravesó cerca del corazón y al comprobar que aún vivía la anciana elfa, le vendió a un humano llamado Zhertarym, un hombre negro que le vio un único potencial para sus negocios.
Así este último le llevo hasta las tierras del imperio de Daganorth, donde le pidió mantener sus negocios y contactos a lo que ella siempre fue leal hasta que un día él desapareció, preocupada visito Kharid donde descubrió que todo rastro de él había desaparecido. Esto fue algo que hizo un estruendo en su vida, se desespero, pensó que moriría, jamás había vivido libre, pensó que todo estaba arruinado y busco desesperadamente la manera de volver a conseguir un amo, pero lo que consiguió fue un contrato de libertad de parte de una hermosa elfa.
-
Libertad-pensó sintiéndose desdichada ¿que sentido tenía su vida ahora?
Vivir en Kharid era peligroso, no le gustaba el último Emir, no iba a venderse a él y ser insignificante. Entonces probo suerte en Daganorth donde conoció a un atractivo joven, que recomendada por su antigua ama le dio un contrato para pertenecer a su negocio comercial como investigadora y una miembro activa en lo que necesitase el joven Dorian. Así su nueva vida comenzó y descubrió que estaba bien, aún extrañaba algunas comodidades de su antigua vida, pero recibía un buen sueldo e intentaba darse los lujos que quería; hasta que descubrió que podía hacer más con sus conocimientos mágicos, mucho más...y su mente volvió a divagar en Zafiro y se dio cuenta que había una cosa que siempre había deseado, lo volvería a traer a su lado o sea como fuera conseguiría una copia física de él para no sentirse tan vacía.