Los Primeros Hijos, a diferencia de la mayoría de facciones, sostiene un sistema jerárquico tan firme y detallado que todo miembro es consciente tanto de sus privilegios como de sus responsabilidades. Sigue una disciplina construida en el ascenso mediante veteranía, lealtad, eficacia y la voluntad de los altos mandos. Así mismo, el incumplimiento de las leyes mencionadas en el punto anterior conlleva una repercusión traducida en degrados de rango y pérdida de privilegios.
La estructura de esta jerarquía es piramidal y se divide en varios círculos. Cada círculo tiene autoridad sobre los anteriores, creándose así un concepto de mando y obediencia (todos mandan, todos obedecen). Sólo hay dos excepciones a dicho concepto: el Líder Supremo cuya palabra no es sometida a la de ningún miembro de la facción y los esclavos, cuya ausencia de derechos les inhibe de tener mando sobre alguien.
Del mismo modo, esta jerarquía se ramifica principalmente en tres ramas o estamentos. El primero es el estamento arcano, encargado del conocimiento, la investigación y el desarrollo . El segundo es el estamento militar, encargado de la instrucción, estrategia, seguridad, combate. Finalmente está el estamento clerical, encargado de garantizar el apoyo divino, curación y aspectos sociales de la beligerancia como la diplomacia y la propaganda.
A continuación se muestra un mapa conceptual que facilita la comprensión de la jerarquía, escalando desde el primer círculo hasta el noveno. Después se explica las funciones de cada rango.
- Mapa conceptual de los Primeros Hijos:
Esclavos: Comprados en los respectivos mercados o adquiridos como botín de guerra. Carecen totalmente de privilegios, y su servicio consiste en realizar trabajos forzados o servir de entretenimiento a los círculos superiores. También se utilizan como objeto de sacrificio en rituales y misas.
Aspirantes: Son aquellos interesados en pertenecer a la facción y los esclavos con el suficiente talento para que dejen de ser considerados meras herramientas vivientes. A grandes rasgos son tratados por los superiores también como esclavos aunque, a diferencia de estos, a los aspirantes se les evalúa constantemente sus capacidades y actitud. Finalmente, cuando la cúpula de mando lo ve adecuado, un aspirante asciende a iniciado mediante un ritual de bienvenida.
La mayoría de seres libres atraídos por los Primeros Hijos comienzan sus pasos en este rango.
Iniciado: Miembros de facto en la organización. Sus funciones se basan en obedecer y aprender. Tienen el deber de mostrarse útiles para los planes de los Primeros Hijos y seguir con fidelidad cada enseñanza impartida por los círculos superiores. No obstante, aquellos iniciados que deseen progresar jerárquicamente no sólo deben mostrar sumisión, pues se espera también una capacidad de iniciativa que de un reflejo a su ambición.
El mariscal y el senescal observan minuciosamente a los iniciados, a veces de forma evidente en sus clases y en otras ocasiones mediante la sutileza a través de los ojos de algunos seguidores. Cuando la alta cámara considera digno a un iniciado, este es examinado mediante métodos draconianos a fin de conocer a fondo todas sus habilidades y recursos bajo las condiciones más extremas. Si los desafíos impuestos son superados, dicho iniciado pasa a formar parte de una instrucción arcana o una instrucción de combate. Esta decisión se basará en relación a las aptitudes que ha mostrado el examinante bajo el criterio del mariscal y el senescal.
Hay una excepción en la hora de la evaluación de aquellos cuyo poder es derivado de la fe de una deidad. El Líder Supremo los toma personalmente como adeptos a su servicio.
El iniciado ya ha tomado una senda que seguir. Amparado bajo la sombra de un estamento, se debe desarrollar de la forma que en este le corresponda. Su función es cumplir con las órdenes, y servir de ejemplo de obediencia para los miembros de círculos inferiores.
Aprendiz: Primer escalón de la jerarquía arcana. Su función es el aprendizaje por medio de la observación, la reflexión y el estudio. Sirven como ayudantes en los trabajos de investigación. Tienen el deber de comprender las escuelas de magia, así como el de preguntar cuando sean invadidos por la duda. Adquieren el compromiso de entender que los múltiples saberes del mundo, el estudio y la constante práctica son los ingredientes básicos para obtener poder.
Soldado: Primer escalón de la jerarquía militar. Instruidos en las aptitudes físicas, así como en la táctica del combate. Son sometidos a un riguroso entrenamiento donde el esfuerzo compensa al fuerte, mientras que el débil queda condenado al sufrimiento, al castigo y, en el peor de los casos, a la muerte. A pesar del valor que adquiere el cuerpo en este estamento, también influye en gran medida el adoctrinamiento de la disciplina y un código estricto de conducta.
Adepto: Primer escalón de la jerarquía clerical. Comienzan a ser instruidos en la fe de su deidad, así como en disciplinas de sanación. Del mismo modo, también se encargan de asistir las misas, ritos y ceremonias de la facción. Se les aplica el dogma como una ley que guiará su conducta, actos y emociones. Así mismo, se les desprovee de todo sentimiento que viaje más allá de los dominios de su religión, en una draconiana doctrina que les prepara para ser dignos avatares del dios al que veneran.
La cámara alta, o bien las autoridades del sexto círculo, han percibido en el individuo las aptitudes necesarias para comenzar a tener responsabilidades serias en la facción. Dejan así de ser aprendices, convirtiéndose en miembros productivos. Todos ellos son fieles a sus superiores. La rebeldía es un rasgo que debe estar ausente en ellos a estas alturas, y su instrucción tiene que traducirse en un compromiso pleno con los Primeros Hijos y sus líderes.
Taumaturgo: Segundo escalón de la jerarquía arcana. Llegados a este punto, los taumaturgos son poderosos adversarios muy versados tanto en el empleo de artes arcanas como en el hábil manejo de la persuasión y la astucia. En su mayoría silenciosos, pues saben que la escucha y la observación son vehículos de conocimiento.Se espera que cuando hablen, sus palabras tengan la razón necesaria para resolver un problema o desencriptar un misterio. Sus labores de investigación consolidan la mayor fuente de poder de los Primeros Hijos, por lo que se convierten en valiosas piezas para la facción.
Caballero: Segundo escalón de la jerarquía militar. Su rigurosa instrucción en cuerpo y mente les ha convertido en ejemplos a seguir en los Primeros Hijos. Son el pilar angular de defensa de los intereses de la facción, y aventajados combatientes con un firme propósito de valentía y lealtad. Conocen el concepto del sacrificio, y están dispuestos a llevarlo hasta el último significado. Su principal función consiste en la protección del resto de estamentos, así como velar por el orden, la ley y los intereses de la cámara de mando.
Discípulo: Segundo escalón de la jerarquía clerical. En este momento se han convertido en auténticas voces de sus deidades. Conocen su posición en la religión, y entienden el dogma como un modelo de vida. Así mismo, los discípulos muestran completa lealtad al Líder Supremo, llegando incluso a desempeñar misiones que sólo ellos conocen. Así mismo, los discípulos son los guardianes de los secretos de la facción, y son plenamente conscientes de las conspiraciones de esta, tan a corto como a largo plazo.
A este círculo se puede acceder sólo por la aprobación de la cámara alta y la aprobación del Líder Supremo. Consiste en el acceso a las máximas competencias dentro de la jerarquía destinada al otrora iniciado. Sus aptitudes se demuestran capaces no sólo de seguir con eficiencia la doctrina de los Primeros Hijos, sino de evolucionar la facción tanto en conocimientos, como en poder y prestigio. Es el máximo círculo accesible, y como tal sus miembros tienen potestad total sobre los tres estamentos. Acceder a este rango viene de la mano con responsabilidades propias como reconocidas autoridades en la jerarquía.
Maestro: Tercer escalón de la jerarquía arcana. Un rango de prestigio entre los suyos y un modelo de conocimiento y poder. Sus palabras obedecen a una verdad difícil de cuestionar por la mayoría de los Primeros Hijos, y su función principal no es otra que responder dudas y ofrecer guía a todos aquellos de la facción que más puedan sentirse confusos. Para acceder a este rango se debe superar una tesis, evaluada por el Senescal.
Capitán caballero: Tercer escalón de la jerarquía militar. De entre los caballeros, aquellos con más veteranía, eficacia y lealtad son premiados con este rango. Además de las funciones de un caballero común, tienen el deber de enseñar disciplina militar a los iniciados y de comandar al resto de tropas en una misión bélica. Para acceder a este rango se debe superar un desafío de combate, evaluado por el Mariscal.
Prelado: Tercer escalón de la jerarquía clerical. Son las autoridades religiosas, y también los confidentes del Líder Supremo. Encargados de celebrar las misas y ceremonias oficiales de la facción, transmiten la voz de los dioses así como las palabras del Líder. Son, además, encargados de asuntos como la propaganda y la imagen de cara al público de los Primeros Hijos. Para acceder a este rango se debe superar una prueba de fe, evaluada por el Líder Supremo.
De forma contraria a los círculos anteriores, este no difiere del anterior por tener una mayor autoridad, sino por pertenecer a una élite exclusiva. A nivel de mando, tanto el séptimo como el sexto círculo tienen el mismo. La única distinción de este círculo se refiere al renombre de poseer un cargo con responsabilidades muy comprometidas con la facción hasta el nivel de decidir los éxitos o fracasos de todo el colectivo con su intervención.
Campeón: Sin lugar a dudas el modelo a seguir para todo miembro. Quien haya llegado a este cargo representa un ejemplo viviente en los ideales de los Primeros Hijos, y sus méritos hablan por él. Carga con el peso de la moral del grupo, por lo que no puede permitirse mostrar debilidad en público. En caso de que los Primeros Hijos sean desafiados, es el campeón quien responde con un duelo singular contra el infractor. Es, en definitiva, la cara visible y externa de la facción, y quien responde a un propósito limpio y virtuoso dentro de sus retorcidos estándares.
Agente: Si bien el campeón es una imagen externa, el agente actúa desde las sombras. El perfil que se busca de este viene muy relacionado al subterfugio, la teatralidad, la improvisación y, sobre todo, la capacidad de engañar. Él responde a los desafíos de los Primeros Hijos, pero no mediante duelo singular... sino mediante el sabotaje. El agente se encarga de llevar la guerra al territorio que los líderes desean, y quien se responsabiliza de hacer realidad todas las intrigas planeadas.
El octavo círculo también puede ser llamado la alta cámara. Es el órgano dirigente de la facción, conformado por miembros seleccionados exclusivamente por el Líder Supremo como sus lugartenientes. Tienen pleno control sobre el resto de miembros, y las resoluciones tomadas por ellos marcan el rumbo a seguir de la facción. En dicha cámara también se ponen en marcha las conspiraciones, así como los debates acerca de pretensiones y objetivos. En la mayoría de reuniones el Líder Supremo también está presente, aunque tienen potestad de convocar la cámara sin su presencia.
Senescal: Máximo representante del estamento arcano y encargado del correcto funcionamiento de este. Además, es responsable de los suministros y líder del equipo de investigación. Por sus manos pasan todos los asuntos que competen la administración civil tales como la producción, la economía y la gestión territorial. Así mismo, está comprometido al desarrollo a fin de mantener a los Primeros Hijos como pioneros en tecnología, magia, conocimiento y recursos. Por si esto fuera poco, el Senescal es el encargado de representar a la facción en relaciones públicas o diplomáticas.
Mariscal: Es la autoridad máxima del estamento militar, y como tal comandante de todas las fuerzas armadas. Su deber trata de que cada miembro esté preparado para una guerra bajo sus órdenes, sin importar en qué estamento está siendo instruido. Además, el Mariscal se encarga de deliberar los movimientos militares, desde una escaramuza hasta una multitudinaria incursión. Tiene pleno control sobre los fondos monetarios distribuidos a fines bélicos y en su juicio está administrar la defensa de los territorios o propiedades de los Primeros Hijos.
Ejecutor: A diferencia de los otros dos miembros de la alta cámara, el Ejecutor no es representante máximo de un estamento. A cambio, responde a la imagen del miedo y el castigo... pues su deber es garantizar el orden interno en los Primeros Hijos como máxima autoridad judicial. Imparte sentencia ante cualquier signo de rebeldía, traición o incompetencia que pueda comprometer a la facción, especialmente al Líder Supremo. Además, es la autoridad encargada de decidir sobre el destino de los prisioneros de guerra.
Líder Supremo: Indiscutible voz y voluntad de los Primeros Hijos. Su poder es absoluto dentro de la facción, y es el único capaz de vulnerar o alterar las leyes internas. Es la palabra de más peso en cualquier decisión, capaz de revocar incluso los veredictos de la Alta Cámara. También es la máxima autoridad clerical, así como el encargado de la administración de fondos en causas civiles o militares. Por último, el Líder Supremo es la única autoridad capaz de declarar la guerra a otra facción.
Todo miembro de los Primeros Hijos está atado al Líder Supremo mediante un juramento de lealtad. Su sumisión a él debe ser mayor que incluso a las propias leyes de la orden.
Anotaciones:* Los mandatos no son exclusivas del mismo estamento. Un caballero, por ejemplo, puede dar órdenes a un aprendiz del mismo modo que un prelado puede ordenar a un caballero. El estamento sólo tiene relevancia en las funciones y la instrucción, no en la autoridad.